Alegaciones a las Directrices de Suelo No Urbanizable
Las Directrices de Suelo No Urbanizable suponen una actualización del Plan Especial de Protección del Medio Ambiente Natural, conocido como PEPMAN.
Este último documento ha regido en los últimos 30 años las autorizaciones de los que se podía o no construir en el suelo no urbanizable.
Amigos de la Tierra La Rioja ha estudiado el presente documento y ha procedido a presentar alegaciones al mismo, dado que consideramos que es insuficiente para proteger el suelo no urbanizable de nuestra Comunidad Autónoma.
Una de las principales alegaciones que hemos realizado es la necesidad de contar con un servicio de inspección en suelo no urbanizable con personal. Este servicio debe revisar las construcciones en suelo no urbanizable, emitiendo un informe sobre si se ajusta o no a lo solicitado, enviando copia al ayuntamiento correspondiente. De esta forma, evitaríamos que se pidan permisos para construir algo y luego se construya algo diferente. Es cierto, que las licencias las conceden los ayuntamientos pero en muchos casos (por ejemplo casillas) no han realizado una adecuada labor de inspección, por el motivo que sea.
Otra de las cuestiones es la superficie de las parcelas para construir que se reduce a 1000 m2. Creemos que se debería poner coto a este tema, no se puede reducir la superficie y no se deben conceder licencias, salvo que sean realmente para casillas de aperos, en las cuales se guarden aperos.
Por otra parte, hay ampliaciones de los espacios incluidos en la Directrices pero también reducciones de los espacios como por ejemplo el tamarizal de Ausejo, que es completamente injustificable. También hay espacios que se protegen pero de forma incompleta como la Rad de Varea, donde la protección solo alcanza a los coscojares situados en Logroño pero no en Villamediana.
Una cuestión que nos llama la atención es la desprotección del paisaje agrario en la Rioja Baja, cuya protección se ciñe al viñedo entorno a Aldeanueva y algunas pequeñas zonas de huertas. Se olvida de las zonas de huertas existentes de Calahorra hasta Alfaro y otras zonas de cultivos de Alfaro. Contrasta con la protección de buena parte de la zona de la Rioja Alta, por lo que hay dos criterios muy diferenciados. Parece ser que los espacios agrarios y el paisaje de Rioja Alta son excepcionales mientras que en Rioja Baja no lo son tanto.