Conrado Escobar ¿El Rey de la pista?

 

Pasa todos los años con la canción del verano, para que negarlo. Puede gustarnos, o no. Pero si se da la segunda opción, que le cogemos manía al cantante y a su “opera prima”; el constante bombardeo en las radios del coche, del autobús, de los altavoces de las fiestas de los pueblos, de la casa de nuestros amigos…acaba por producir lo inevitable: <<Queeédate que la noche sin ti dueeeele…>> termina sonando en nuestras cuerdas vocales aun cuando antes juramos que no.

Podemos reírnos de nosotros mismos (muy sano) y consolarnos sabiendo que es algo que pasa a todos los niveles. Desde el mismo momento en que ponemos el pie en la calle, sin ir más lejos. Y viene de atrás .Que se lo digan al importante número de vecinos que en los años 90 se resistía a que el Casco Antiguo de la Ciudad pasase a ser peatonal, tras más de medio siglo de dominio absoluto del coche.

Argumentaban que iba a ser la ruina total del comercio de la ciudad, ante la imposibilidad de acceder a la zona en vehículo a motor, que además era su derecho (El de los peatones a ocupar el espacio público era de 2ºdivisión).  Y que nos preparásemos para ver la defunción de la zona, algo que suena irónico viendo las abarrotadas terrazas que pueblan la zona y la renacida relevancia que tiene hoy la  zona en la vida de los logroñeses y turistas que nos visitan.

Bailando al ritmo de la música

Guste o no, la música de fondo tiene un ritmo que atrapa. Hasta el punto que puede hacer ganar unas elecciones si te mueves al ritmo adecuado. Eso debieron pensar en aquellos lejanos años 90 en las filas del PP de Logroño, entonces en la oposición municipal. El ruido de fondo “antipeatonalización” podría ser de gran ayuda para vencer en las siguientes elecciones, se presentaron como el ariete que pretendía frenar todo ese “despropósito”.

Sus esfuerzos dieron sus frutos y aquel equipo de concejales, entre los que empezaba a destacar un jovencísimo Conrado Escobar alcanzó poco después la Alcaldía de un Ayuntamiento que se les había resistido por doce años con la protección del espacio del coche y el comercio por bandera. Pero aquellas promesas no se cumplieron.

Al margen de la dudosa moralidad que implica incumplir la principal medida de un programa electoral (Algo que no es extraño ni a izquierda ni a derecha), aquel equipo de gobierno se dio cuenta que el camino iniciado era positivo para la ciudad. Y no solo mantuvieron todas las calles peatonales sino que en 1999 Logroño recibió el premio a la Ciudad más comercial de España, que fue clave para que ese mismo año para que el PP, liderado entonces por José Luís Bermejo, revalidase mandato en la Alcaldía.

La misma canción ¿Otra vez?

La historia es cíclica y caprichosa y ha querido que Conrado Escobar, un superviviente de nuestro capítulo anterior tome un papel protagonista. Con la lección aprendida de los 90, Conrado sabía que agitar los miedos contra los cambios en la movilidad de la ciudad le podía dar muchos votos en las elecciones. La letra cambiaba (De peatonalizaciones a Calles Abiertas) pero el son era tan similar que parecía un plagio.

Volvió a funcionar. Pocas cosas funcionan tan bien como la experiencia. Conrado lideró al PP de vuelta al Consistorio de la capital riojana. Y después del triunfo electoral, como en 1995, llegaron las dudas si acaso acrecentadas.

En esta ocasión la UE, liderada por su compañera de partido a nivel europeo, Ursula Von Der Leyen ha financiado gran parte de la transformación urbana que han sufrido Logroño y un pequeño grupo de ciudades europeas. Una metamorfosis que tarde o temprano se dará en todo el continente en el marco de la Agenda 2030 y que, por madrugar casi nos ha salido gratis, pero que habría que abonar íntegra si se revierten las actuaciones

La élite de los todos los partidos a nivel nacional y europeo sabe que este tipo de urbanismo es la base para ciudades más amables con sus ciudadanos y con mayor prosperidad económica. Conrado Escobar lo sabe y el equipo que le rodea también. Cumplida la primera parte de engatusar a una parte del electorado ahora le toca hacer la segunda: Convencerles de que mantener lo realizado es positivo para la ciudad.

No hace falta que lo haga directamente. Simplemente se trata de dejarlo estar. Un “Ya lo haremos”, “Estamos en ello” o la clásica de “El anterior equipo nos ha dejado un marrón” pueden servir para enfriar los ánimos de la parroquia mientras se empapan de que la nueva movilidad de la ciudad va en beneficio de todos. Y siendo inteligente quizá Logroño se lleve algún otro certamen del que puedan apropiarse cara a un futuro éxito electoral.

Conrado supo hacer bailar hacia la urna a sus fieles y le animamos a que, como hicieron sus antecesores hagan poco a poco hacer danzar a sus electores a asumir el modelo de ciudad actual. Esperemos que se repita la historia. Por el bien de Logroño