Sembrando futuro en El Salvador: cooperación ecológica con impacto humano

El compromiso de Amigos de la Tierra La Rioja con la justicia ambiental y social se refleja con fuerza en los proyectos ejecutados en Tacuba, El Salvador. Gracias al respaldo del Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Calahorra, cientos de personas han mejorado su salud, su entrono y sus oportunidades a través de acciones concretas, sostenibles y profundamente humanas.

Infografías y carteles

Cocinas limpias, aire sano y bosques vivos

En las comunidades rurales de Llano Grande y La Angostura, 21 familias han visto transformada su vida cotidiana con la instalación de estufas mejoradas de biomasa, construidas entre pequeñas infraestructuras de aluminio. Estas estufas no sólo han reducido el consumo de leña en un 78%, sino que también han eliminado el humo tóxico en el interior de las viviendas, mejorando notablemente la salud respiratoria de los miembros del hogar y reduciendo las enfermedades gastrointestinales gracias a la adopción de nuevas prácticas higiénicas.

Remodelación estufas

Pero no solo eso, el impacto de nuestras acciones va más allá del hogar. Se plantaron más de 4.000 m² de bosques dendroenergéticos con árboles de Madre Cacao, una especie de rápido crecimiento, que enriquece el suelo, previene la erosión y proporciona leña sostenible sin necesidad de seguir talando los bosques cercanos. El cómputo de estas acciones son un claro ejemplo de que tanto ADIC como nuestra asociación trabajan con objetivos interrelacionados basados en el bienestar, el desarrollo y el respeto por el medio ambiente y sus recursos.

Plantación de árboles

Educación medioambiental que transforma

La sensibilización sobre el cambio climático ha sido un eje transversal de todos los proyectos realizados. Más de 2.000 estudiantes de diferentes niveles educativos, tanto de zonas rurales como urbanas, han participado en jornadas formativas, actividades de compostaje, reforestaciones comunitarias y ferias ecológicas donde se demostró que la creatividad y el compromiso con nuestro entorno más cercano pueden ir perfectamente de la mano.

Desde la reutilización de materiales para crear manualidades y disfraces hasta la siembra de miles de árboles, estas acciones han sembrado conciencia desde nuestros jóvenes a sus familias, despertando curiosidad, respeto y amor por la naturaleza. Pero también han abierto un espacio íntimo y poderoso para el diálogo intergeneracional, donde abuelos y padres compartieron con sus hijos los recuerdos de ríos cristalinos, bosques frondosos y paisajes antaño exuberantes. En ese intercambio nace algo más que conocimiento, nace la esperanza de recuperar lo perdido y un compromiso común por protegerlo.

Las visitas al Parque Nacional El Imposible despertaron un asombro inolvidable en muchos jóvenes que, a pesar de vivir cerca, nunca habían visto con sus propios ojos dicho tesoro natural. Experiencias como esta no sólo educan, sino que inspiran, movilizan y conectan a las personas con su entorno más directo. Y cuando se trata de jóvenes, estos valores pueden formar parte de la comunidad toda una vida.