¿Alas para el negacionismo?
Uno de los recursos favoritos de aquellos que quieren negar la realidad es agarrarse a un clavo ardiendo a la menor oportunidad. Esta vez, la aparente sensación de que este año, y concretamente este verano están siendo más frescos de lo normal, se ha presentado como la ocasión perfecta para que el negacionismo obtenga un balón de oxígeno en su cruzada contra el calentamiento global. ¿Dará para mucho?
Si revisamos los datos de la Estación Meteorológica de referencia en Logroño, (correspondientes al 1ºSemestre de 2021) obtendremos que son similares a los registrados al periodo 1981-2010 e incluso en algunos meses 2 grados superiores a lo habitual. Podríamos hablar, por el momento, de un empate.
Pero al igual que un equipo que gana la liga de fútbol no vence en todos sus partidos, sería perfectamente normal que un año el calor fuese similar o incluso inferior a lo normal. Nada altera,por el momento, la tendencia flecha arriba de las temperaturas como lo demuestran las series de los 7 años anteriores, registrados como los más cálidos de la historia.
Por si esto no sirviera por si solo para cerrar esta cuestión dos noticias que han tenido lugar alrededor del globo durante este mes deberían hacernos reflexionar.
Pero en los países ricos estamos a salvo ¿No?
En primer lugar, un país como Canadá, que asociamos en nuestra cabeza con iglús, esquimales y pingüinos más que con sombrillas ha registrado temperaturas récord de casi 50 grados. ¡A la sombra! Superando en ¡5 grados! la marca anterior, que databa de 1937.
Esto ha pillado a la población desprevenida, dejando un reguero de cientos de fallecidos. La catástrofe se ha dejado igualmente sentir en la fauna local, dejando instantáneas más propias de una película apocalíptica.
En Europa las penalidades climáticas también se han dejado sentir. Escandinavia ha vivido una situación completamente anómala, con localidades sobre el Circulo Polar Ártico rozando los 34 grados, algo que no se veía desde el año 1914.
Pero la puntilla a este infernal periodo ha tenido lugar en Alemania, dónde varias poblaciones han quedado literalmente inundadas tras una cadena de fenómenos meteorológicos imprevisibles.
Las imágenes de la calamidad sufrida por la primera potencia europea han dado la vuelta al mundo y recordaban por momentos, a otras latitudes, más propias del Tercer Mundo.
Ya ven, un julio “completamente normal” para el 10% de españoles que aún niegan el cambio climático . Una cifra, afortunadamente en declive.
Ante las evidencias, acción
Ya sabíamos que existen lugares que por su vulnerabilidad económica están más expuestos por la debilidad de su infraestructura y que incluso países enteros corren el riesgo de desaparecer bajo las aguas.
Lo que ha venido a demostrar lo ocurrido es que ninguna zona del mundo está libre de la amenaza de crecientes calamidades y desastres naturales vinculados al clima. La advertencia toca ya nuestra puerta aparentemente resguardada.
Y cabe preguntarse ¿Cómo de en serio se lo están tomando nuestros representantes?
Una respuesta mal cocinada
Cal y arena. Por un lado tenemos la acción del Ministro de Consumo, Alberto Garzón que ha compartido con los ciudadanos un video reflexionando acerca del impacto medioambiental del consumo de carne.
Es de celebrar que por primera vez un miembro del Gobierno de España se atreva a visibilizar está realidad y como era de esperar las reacciones no han sido amigables. Las primeras veces nunca son fáciles. ¿O no se resistió, por ejemplo, la industria tabaquera a informar de sus efectos nocivos en las cajetillas hace unos años? Una vez más, la salud de las personas y de los animales debería primar.
Por esto mismo, también es de lamentar la pobre respuesta del Presidente del Gobierno. Nadie le pedía, ni mucho menos, que se autoproclamase repentinamente en vegetariano (Que le aproveche el chuletón) o que se sacase un carnet de Amigos de la Tierra pero si unas declaraciones más responsables. Más “al punto” con el país que encabeza que con los intereses de los grupos de presión ganadera. Esperemos que sus próximas acciones para con el medio ambiente no sean tan insípidas y crudas.