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Amigos de la Tierra La Rioja consigue a través de una denuncia por un foco de contaminación cercano al río Ebro en Murillo de Calahorra que la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja actúe, y retire dicho estiércol que contaminaba suelo y aguas subterráneas que vierten al Ebro. 

Los ríos son los ecosistemas más degradados y afectados por la acción humana. Según estimaciones de los planes de las Confederaciones Hidrográficas, se prevé un aumento de la demanda hídrica del 10% mientras los recursos caerán un 20% por el cambio climático. Si a estas malas previsiones, se le añade escaso respeto por las masas de agua superficiales y subterráneas (acuíferos) por las actividades agrícolas y ganaderas, el escenario que se vislumbra en regiones como la Rioja es dantesco. Además de alterar las riberas de los cursos fluviales como el Ebro, se extrae más agua de lo posible de los ríos, también se están contaminando ríos y acuíferos al llegarles directa e indirectamente los desechos químicos de fertilizantes y pesticidas o restos ganaderos, como purines.

La nitrificación de suelos y aguas por lixiviados de estiércol ganadero junto con los fertilizantes es un problema de primera magnitud, que dista de resolverse, por la ausencia de mecanismos de vigilancia efectivos para cumplir con la legislación y así evitar estas catástrofes puntuales que permanecen discretas a los ciudadanos frente a otras como incendios forestales o caza, pero que degradan a corto plazo la calidad de nuestras masas de aguas superficies y subterráneas, y a largo plazo, acaban deteriorando de forma irreversible nuestras reservas de agua y la salud ambiental, incluida la de las personas. Es más, tras treinta años después de la promulgación de Directivas europeas sobre la contaminación por nitratos, el problema, está lejos de resolverse y permanece estancado en muchos lugares por incumplimiento de obligaciones ambientales. La Rioja es una de las zonas más señaladas tradicionalmente por la presencia de áreas fluviales subterráneas afectadas por nitratos, según los mapas de contaminación de acuíferos, elaborados por la Confederación del Ebro.

Durante el pasado año, activistas ambientales de Amigos de la Tierra La Rioja informaron y denunciaron ante el Gobierno de La Rioja que en el entorno de Calahorra y a menos de 600 m del cauce del Ebro, se habían depositado masas ingentes de estiércol de una granja, sin ningún tipo de elemento artificial de freno a la infiltración en el suelo que recogiera los lixiviados producidos y/o que actuara de freno a potenciales lixiviados que pudieran acabar en el acuífero aluvial del Ebro. Recientemente hemos conocido que el Gobierno de La Rioja a través de la Dirección General de Agricultura y Ganadería, órgano competente en la materia, obligó a la explotación ganadera a la retirada del estiércol.

El Plan de Acción de Aguas Subterráneas constituye una necesidad para la mejora del conocimiento y de la gestión de las aguas subterráneas en España. Responde además a un mandato legal establecido en el artículo 29 de la Ley 10/2001 del Plan Hidrológico Nacional. Además, está considerado oficialmente como uno de los instrumentos para llevar a cabo las Orientaciones Estratégicas sobre Agua y Cambio Climático, aprobadas por el Consejo de Ministros, el pasado el 19 de julio de 2022. Dicho plan reconoce el daño causado por el “aprovechamiento intensivo” y contempla crear perímetros donde restringir la extracción de agua y las actividades que viertan desechos, como la ganadería y agricultura.

Solicitamos al Gobierno de La Rioja que persiga y sancione este tipo de prácticas, pero también que identifique perímetros de protección en torno a los acuíferos como áreas protegidas donde queden legalmente restringidas y/o prohibidas las actividades humanas contaminantes, así como las captaciones y/o extracciones de agua, y todas aquellas acciones que suponen las principales agresiones que dañen las aguas subterráneas. Esta reclamación no es novedosa ni baladí, dado que se contemplaba en la Ley estatal de Aguas de 1985 y su posterior remodelación de 2001. Ya es hora de que el propio Gobierno regional cumpla con la legislación de rango superior en la Rioja.

 

Logroño, a 13 de abril de 2023.

 

Amigos de La Tierra La Rioja

La última crecida del Ebro ocasionó importantes inundaciones, pero el proyecto Ebro Resilience tiene por objetivo evitarlas, inundando espacios que se están devolviendo al río. La pregunta que nos debemos realizar es si el proyecto Ebro Resilience es suficiente o no. Nuestra respuesta es que no. Creemos que se queda corto y que la única alternativa es ampliar este proyecto con el objeto de devolver espacio al Ebro.

Podemos plantearnos realizar defensas más fuertes pero la fuerza del agua es muy difícil pararla, al final revienta alguna defensa y se ocasionan daños. Es necesario realizar actuaciones en zonas donde año tras año se comprueba que se producen inundaciones. Estas actuaciones pasan por devolver espacio al Ebro. No podemos mirar para otro lado o esperar a la próxima crecida del Ebro.

En los municipios ribereños del Ebro la superficie agraria respecto al total de sus términos municipales es muy alta. Devolviendo territorio al Ebro se disminuiría la intensidad de las crecidas, las laminaria, se lograría recuperar espacios de riberas inexistentes en algunos municipios o reducidos a la mínima expresión.

En definitiva, la recuperación de espacio para el Ebro supone una recuperación de espacios naturales para el conjunto de la sociedad y eso es sumamente positivo.

En Logroño, 15 de enero de 2022

Tras las tormentas vividas estos días, el Ebro ha crecido y sus aguas se han tornado en un marrón chocolate. Cuando el nivel vuelve a su estado normal y las aguas se retiran de las orillas, es normal que se creen pequeñas charcas temporales en las riberas. En algunos casos, los peces pueden quedar atrapados. Esto es algo que sucede de manera natural, y es parte del ciclo del río. El otro día estuvimos comprobando una de estas charcas en la ribera del Ebro a su paso por Logroño, ya que nos sirven como muestra de la fauna de nuestro río. Por desgracia, las impresiones no son buenas: casi el 100% de los peces encontrados pertenecían a especies exóticas invasoras, principalmente alburnos (Alburnus alburnus), además de cangrejos rojos o americanos (Procambarus clarkii) y almejas asiáticas (Corbicula fluminea). Solamente apareció algún pequeño piscardo o foxino (Phoxinus bigerri) como representante de la fauna autóctona del Ebro. Estos últimos fueron devueltos al agua.

Aparte de este “muestreo” de fauna, pudimos comprobar la indecencia que sigue muy presente en gran parte de la sociedad. Todo tipo de residuos, a veces incluso dentro de bolsas, tirados a lo largo de toda la orilla…

Además, comprobamos impotentes cómo el color marrón de las aguas es prueba de un grave problema en nuestros campos. Décadas de laboreo excesivo, deforestación, etc. dejan desnudo el suelo, y las lluvias fuertes arrastran miles de toneladas de suelo fértil (un recurso escaso y muy valioso, que tarda siglos en formarse) directamente a los ríos y después al mar.

 

Muestreando las especies que quedaron atrapadas en el charco, prácticamente todo alburnos.

Basura en la orilla del Ebro. Por desgracia, algo muy común.

Algunos de los peces de la charca ya habían sucumbido ante la escasez de oxígeno.