La oposición en bloque se echa para atrás en la protección del suelo riojano, sólo 3 meses después de votar a favor
Desde la publicación del Real Decreto-Ley 6/2022, de 29 de marzo, de medidas urgentes de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, tenemos clara cuál es la postura del Gobierno central frente a la instalación de proyectos eólicos y fotovoltaicos de manera poco ordenada y reduciendo la tramitación ambiental que estos proyectos deben seguir, justificando su postura en razones de interés público por la situación acontecida en Ucrania. No nos causa sorpresa que el Gobierno riojano siga la misma dinámica que Madrid.
Sin embargo, nos causa estupor lo pronto que se ha olvidado la oposición riojana de la preocupación de las plataformas vecinales ante la proliferación indiscriminada de proyectos eólicos y fotovoltaicos en sus localidades. Buena muestra de que a nuestros políticos no les preocupa nada la protección de la biodiversidad más allá de su día oficial, el domingo 22 de mayo.
No encontramos otra explicación para haber votado, hace 3 meses, a favor de una moratoria en la autorización e instalación de nuevos proyectos eólicos y fotovoltaicos en nuestra comunidad ante la entonces “falta de planificación” de la que acusaban al Ejecutivo riojano, y que ahora sean ellos mismos (PP, Ciudadanos e IU) los que soliciten suspender durante 6 meses esa moratoria, permitiendo así continuar con la tramitación administrativa de proyectos tan conflictivos como los planteados en Jubera o el Valle de Ocón, entre otros.
Según un reciente informe publicado este año por la Estación Biológica de Doñana (CSIC) sobre el Impacto de Instalaciones de Energías renovables en la Avifauna, “la urgente necesidad de descarbonizar la producción de energía en modo alguno puede justificar la pérdida de valores naturales únicos y acrecentar la pérdida de diversidad biológica que han provocado las sociedades modernas, y que forma parte del cambio global que compromete los servicios ecosistémicos y el bienestar humano”.
Tomen nota, señorías.
En Logroño, 23 de mayo de 2022.





Desde entonces he sido asidua en las visitas. Es un lugar maltratado en décadas pasadas, pero que se recupera con rabia, como suele hacerlo la vida. El carrizal propiamente dicho, reducto de vida acuática y de nidificación de numerosas especies (aguilucho lagunero, fochas, pollas de agua, garzas, martinete, avetoro…) y las tablas inundables aguas abajo, antiguos arrozales y cultivos de eneas, de una belleza impresionante pero delicada, de tierra salitrosa salpicada de precipitaciones salinas blancas como la nieve, matorral halófilo que solo crece en estas tierras salinizadas (fueron abandonadas para el cultivo por esta razón), y los airosos tamarices. Cigüeñuelas, andarríos, garcetas, avefrías…disfrutan de estas bellas y pictóricas tablas, al igual que algunos paseantes y ciclistas conocedores de la zona. Huellas de jabalí, corzo, zorro, garduña…. Lagartos ocelados tomando el sol….
valiosos. Lo conservador, puede ser lo más progresista. La energía solar tiene menos impacto sobre el medio, pero lo tiene. Y a pesar del retraso que llevamos, y quizá también por ello, debemos hacerlo extremadamente bien para no cometer errores irreversibles. Los paneles solares atraen a los insectos acuáticos que los confunden con agua por sus reflejos, depositan sus huevos, que no prosperan, lógicamente, con la consiguiente pérdida para la biodiversidad. El suelo bajo los paneles no solo pierde la cubierta vegetal, termina perdiendo también la fertilidad, y eso conduce a la desertización. El impacto es importante para flora y fauna. No se puede poner en cualquier sitio, no en un paraje que se ha reconocido de gran valor ecológico y merecedor de conservación y de protección. AÚN ESTAMOS A TIEMPO.

