La ley de caza debe respetar los derechos de las personas no cazadoras
La caza, la pesca y la recolección se practicaron desde el origen de los tiempos, como necesaria actividad para la supervivencia del hombre, siendo seres nómadas. Estas formas de recurso alimentario quedaron como actividades complementarias, cuando llegado el Periodo Neolítico, se descubrió la agricultura y la ganadería, como recursos mucho más productivos y seguros con los que poder garantizar su alimentación. Los humanos se transformaron en seres sedentarios y con ello, comenzaron a formar comunidades más amplias llegando los primeros poblados estables.
De todo esto que sucediera hace 10.000 años hasta nuestros días, hemos avanzado hacia una sociedad moderna en los países más avanzados, no teniendo sus costumbres nada que ver con la ancestral necesidad de cazar.
Pero esa actividad, ya no es necesaria para poderse alimentar. Sin embargo, sigue en alguna medida practicándose por una pequeña parte de la sociedad, que llama deporte a la caza, a salir al campo portando armas avanzadas para matar animales con todas las ventajas posibles, por el estricto placer de hacerlo, poder poseer los trofeos de sus despojos…
No cabe duda que ahora la caza es poco más que una actividad social, con la cual sus practicantes, generan un volumen de negocio, a la vez que mantienen estrechos vínculos componiendo sus asociaciones y federaciones consideradas deportivas.
Es una actividad, por lo tanto, minoritaria, pero legal, y como tal necesitada de reglas y normas que la hagan posible y sostenible. Sostenible, palabra ahora tan en boga, que se aplica, a cuestiones relativas al marketing, a todo lo que nos rodea… no siendo la caza una excepción.
Por lo tanto, desde Amigos de la Tierra La Rioja, como miembros del Consejo Regional de Caza en La Rioja, siendo representantes de los movimientos Naturalistas, Ecologistas y Conservacionistas Riojanos hemos sido convocados a presenciar y en alguna medida participar, en la creación de la “Nueva Ley de Caza en La Rioja”.
Por ello y una vez estudiada con detenimiento el borrador de la propuesta de Ley, nos dirigimos a enumerar y describir, lo que en su articulado entendemos debería no incluirse, así como todo lo que consideramos que falta en él, para que pueda ser considerada una ley acorde con los tiempos en que vivimos. Una ley acorde que contemple el declive de esta afición, y las nuevas y muy diferentes formas de ver la fauna silvestre por la mayoría de la sociedad.
En La Rioja en 2010, existían 13.167 licencias de caza en 2019 habiendo transcurridos 10 año, el número de licencias ha descendido a 10.159. Por lo tanto, han descendido un 23%, siendo el número de bajas de 4.045 y tan solo 925 nuevas incorporaciones en este periodo.
En el mismo periodo de tiempo, en nuestra Comunidad se han dado caza certificada, es decir, contabilizada desde cotos y batidas a 8.353 zorros y 910.969 conejos.
Este año, como algunos anteriores los agricultores han iniciado una batalla reivindicativa para que se matasen más conejos, aunque nos encontráramos en pleno periodo de veda. El motivo que han esgrimido han sido daños producidos en sus cultivos. Estos cultivos, sobre todo la vid, queda sin cubierta vegetal impidiendo la alimentación natural de los animales. Como paradoja podemos comprobar como los conejos que servirían de alimento natural a los raposos, son diezmados previamente en controles de depredadores.
Comprenderán que por esto y cosas semejantes, resulta chocante el empleo de la palabra sostenibilidad aplicada a la actual gestión de la caza.
Otra cuestión de interés ha sido que, en el periodo indicado de los últimos 10 años, la superficie donde se puede practicar la caza en La Rioja se ha mantenido inamovible, 488.321 ha. en 2010 y 488.443 ha. en 2019.
Por ello incluimos entre nuestras aportaciones como alegaciones, a la nueva Ley de Caza, lo siguiente:
El cese del control de depredadores autóctonos, exigiendo se respeten y fomenten. Estos animales son los auténticos reguladores en la cadena trófica, siendo los únicos en regular per se, con su sola presencia a los diversos animales que conforman su alimentación. Protegiendo a los depredadores la fauna estará equilibrada tanto en densidad y aspectos relativos a salubridad. Por lo que requerimos sea erradicado el eufemismo del control, que realmente es matar depredadores y se prohíba expresamente.
Realizar la progresiva reducción del espacio dedicado a la caza en nuestra comunidad. Deben pasar dichos espacios a ser vedados, no tan solo con el enfoque de ser reservorios facilitadores de la recuperación de las especies más amenazadas según reza en el apartado dedicado a los Vedados de Caza. Deben estar plenamente enfocados al disfrute plural y familiar, donde poder desarrollar actividades no violentas de carácter deportivo, educativo, turístico o de esparcimiento.
Respecto a la caza por parte de menores de edad: alegamos frente a la pretensión de la Ley de permitir la caza a menores de edad bajo tutela de un adulto, no se debe permitir bajo ninguna circunstancia que puedan obtener la licencia de caza.
Al igual que la responsabilidad requerida para el ejercicio del voto o la obtención del carnet de conducir de automóviles no se alcanza hasta cumplir el mínimo de 18 años, no pudiéndose realizar ninguna de estas actividades ningún menor de edad ni bajo tutela de otro adulto, respecto a la caza la situación sería extrapolable. No entendemos razonable en el caso de la caza, que sea permitida a los menores de edad, más contando se trata de una actividad tan violenta como inevitablemente peligrosa.
Rechazamos la pretendida creación en el nuevo reglamento, de la figura del guía de caza profesional. Consideramos totalmente insuficiente la información contemplada en el borrador de Ley de Gestión Cinegética para justificar la creación de dicha figura. Es completamente imprescindible para la creación de una figura de este nivel, tener concretado y reglamentado desde el primer momento, los requisitos para su nombramiento, sus funciones específicas y limitaciones. Por tal motivo nos oponemos a la inclusión, en esta ley, de dicha figura por pretender realizarse de modo inapropiado.
Reclamamos la prohibición de la utilización de la munición de plomo en la caza.
En España la caza con armas provoca la dispersión anual de 6.000 toneladas de plomo por nuestros campos, llegando a los acuíferos. Existen pruebas irrefutables de que cada año fallecen millones de aves en el mundo por la ingesta inadvertida de los perdigones de plomo que encuentran abandonados en sus hábitats. Reiteramos la necesidad de incluir prohibición expresa a la utilización del plomo como munición en la caza.
Instamos a que se contemplen medidas para evitar el abandono de las vainas de los cartuchos. Otra de nuestras alegaciones hace referencia a la urgente necesidad de concluir con el abandono de las vainas de los cartuchos en el campo durante las cacerías. Visto que el borrador de Ley de Gestión Cinegética indica que todo cazador debe recoger las vainas que utiliza. Resulta que, con tan solo con dar un paseo por las zonas de caza, no se está cumpliendo. La no degradación de esos cartuchos constituye un problema acumulativo medioambiental que claramente esta nueva Ley debe resolver.
Para lo cual alegamos la necesaria la inclusión de un apartado específico que haga mención a la devolución de las vainas usadas, mediante el canje, éste realizaría al comprar nueva munición. Se debe obligar a su cumplimiento a todo cazador y comercio que actúe en nuestra comunidad autónoma, llevando el correspondiente registro del canje. La Rioja podría hacerlo, dando ejemplo a otras, con una ley “del y para el siglo XXI.
Solicitamos la creación de un registro de perros en propiedad. Dado el continuo abandono y sacrificio de perros una vez finalizada la temporada de caza, vemos imprescindible que se articule la exigencia de un “registro de perros en propiedad de cada cazador”, en el cual se registre el número de microchip implantado en el animal. El perro solo desaparecería de dicho registro por causas debidamente justificadas.
Fin de la caza con galgos y caza en madriguera. Asimismo, debido el abandono o cruel sacrificio de los perros galgos, que sistemáticamente se viene produciendo, todos los años al terminar la temporada de caza exigimos que sea prohibida la caza con galgo en nuestra comunidad, al igual que la caza con perros de madriguera, modalidad que no respeta el único refugio de los animales. La caza en madriguera incurre más que ninguna otra modalidad en falta de ética por la extrema indefensión del animal. Existiendo toda una serie de otras modalidades que consideramos que esta ley no debe contemplar.
Rechazamos la taxidermia. La taxidermia es una actividad que en este siglo no tiene ningún sentido. Los animales cazados se convierten en despojos convertidos en adornos, no teniendo ningún tipo de utilidad. Dichos despojos eufemísticamente naturalizados forman parte de un negocio, que en algún caso ha promovido la caza furtiva, así como la caza con el objetivo de insaciables trofeos que coleccionar.
Además, amplios sectores de la sociedad actual rechazan la presencia de esos despojos tanto en lugares públicos como privados, por resultarles ofensiva la exposición de los animales taxidermizados. Siendo hoy mayoría las personas que defienden, desean y protegen la vida en libertad de todos los animales. Así como también muy especialmente, los que reclaman que los niños no sufran impactos no deseables en su periodo de educación queremos que la nueva Ley no se autorice expresamente en su articulado la misma.
Esperamos que la “nueva” sensibilidad que quiere abanderar el Consejero “incluya” todas nuestras aportaciones y alegaciones a la Ley de Caza.
En Logroño, 12 de septiembre de 2020.