Hoy, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha hecho público el nuevo censo nacional del lobo 2021–2024: 333 manadas en toda España. Una cifra que está muy por debajo de las 500 manadas necesarias para garantizar la viabilidad genética de la especie, según el propio informe. La protección se augura insuficiente, y la deriva del gobierno regional llevará al lobo a una situación crítica en nuestra región.
Desde Amigos de la Tierra La Rioja llevamos años alertando de esta realidad. Mientras algunas comunidades han optado por proteger al gran depredador ibérico, otras, como La Rioja, han elegido el camino opuesto: la caza sin criterio ni rigor técnico. Una vez más, los datos nos respaldan.
La Rioja apenas alberga cinco manadas. Cinco. Estamos hablando de una zona clave para la expansión del lobo hacia el sur y el este peninsular, vital para la diversidad genética y la recuperación de la especie. Y, sin embargo, el Gobierno regional, encabezado por Noemí Manzanos, se empeña en autorizar su persecución. ¿Con qué criterio o estudios técnicos? Ninguno. Solo decisiones políticas cortoplacistas e intereses sectoriales. El censo también revela una expansión moderada del lobo hacia nuestro territorio, donde su presencia aún es frágil. Cazar al lobo en estas circunstancias no solo es una irresponsabilidad: es un acto deliberado de sabotaje a décadas de esfuerzo por la conservación de una especie emblemática.
Amigos de la Tierra La Rioja se reafirma con más fuerza que nunca: no hay margen para retrocesos. La inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial fue un paso en la dirección correcta. Pero con la reciente desprotección, muchas comunidades han vuelto a levantar el rifle, y las consecuencias están a la orden del día. En Cantabria ya se han abatido ejemplares en plena época de cría. Y La Rioja, sin respaldo científico y ni tan siquiera cupos definidos, se suma a esta deriva.
Advertimos con claridad: cualquier muerte de un lobo en nuestra comunidad es una mancha indeleble en la gestión ambiental riojana. La administración tiene la obligación de velar por el medio ambiente, algo que no está haciendo el Gobierno de La Rioja, siendo responsable de sus actos dañinos.
El lobo no está en un estado de conservación favorable. Es el momento de proteger, no de exterminar. De escuchar a la ciencia, no al populismo de despacho. De convivir con el lobo, no de volver a perseguirlo como en los peores años de nuestra historia. La administración tiene la obligación de garantizar un futuro para el lobo. Y si no lo hace, será recordada como la que lo condenó a desaparecer.
27 de junio de 2025