Desde la administración regional de La Rioja se está impulsando una política ambiental que orbita en torno a la caza y la pesca como herramienta prioritaria de gestión del territorio. Además, se ha declarado públicamente que la caza es un recurso que no está explotado al máximo y se debe explotar aún más. Todos estos hechos en pro de la actividad cinegética resultan más que patentes en terrenos de titularidad pública, gestionadas directamente por la Administración, como es la Reserva Regional de Caza de Cameros-Demanda, donde el modelo de intensificación sobre ungulados salvajes (ciervos y jabalíes) impuesto es claramente un fracaso.
Las diversas manifestaciones y acciones del Gobierno de la Rioja de apuesta inequívoca por la intensificación y fomento de la caza como acicate para el desarrollo económico y la gestión ambiental nos produce pánico porque el ejercicio de una actividad recreativa, pero letal y con consecuencias brutales perniciosas para la naturaleza, debería constituir un aspecto supeditado a la conservación, cuestión que incumple repetidamente una consejería que se autodefine de Sostenibilidad y Transición Ecológica y que debería promover usos mucho más diversificados y sostenibles, especialmente, si no acredita el cumplimiento de los objetivos que perseguía. Si los objetivos no se cumplen (reducción numérica de algunas poblaciones de animales salvajes) es porque la gestión no ha funcionado y es el modelo el caduco.
La Red de Espacios Naturales fue creada con el fin de conservar el patrimonio natural de la Comunidad, así como promover la conservación de sus valores medioambientales, no sólo cinegéticos. El 33% de la superficie regional está protegida en la red ecológica europea de espacios protegidos (Red Natura 2000) y el 51% del territorio está sometido a alguna figura de protección adicional.
La política impulsada por el Gobierno de La Rioja está prestando especial atención a un porcentaje de la población que solamente representa al 4% de los habitantes de nuestra región, y se ignora que más del 96% de la población no ejerce la actividad cinegética. La utilización de la caza como herramienta básica de gestión ambiental en el 96% del territorio regional es una simplificación temeraria de un asunto complejo que afecta al funcionamiento de los ecosistemas, y por tanto al espacio vital de todos los ciudadanos. El incremento de la demanda de actividades de ocio y tiempo libre en la naturaleza, permite plantearse una vía clara de desarrollo de un sector de servicios ajeno a una actividad minoritaria como la caza (y muchas veces excluyente frente a otros usos, como los turísticos, etc.).
Desde Amigos de la Tierra La Rioja nos parece oportuno exigir que con los impuestos de la ciudadanía nuestro medio natural tenga otro tipo de gestión y una diversidad de usos que actualmente carece, ya que nos encontramos sujetos al yugo de una actividad cinegética en una superficie de 5.000 km2, que supone la muerte de casi 250.000 animales de forma anual, y que cuesta a todos los riojanos al menos 1.281.205 euros en los presupuestos regionales en el período 2019-2022. El Gobierno “progresista y del cambio” del PSOE no ha venido a corregir esta gravísima situación. A esa cantidad económica hay que añadir muchos más millones de euros provenientes de la externalización de los impactos de la caza (veneno, plumbismo, atropellos en carretera, coste ecológico de no tener una biodiversidad completa como la presencia de osos, lobos y linces, etc.). Una actividad como la caza debería estar basada en fundamentos sólidos, no económicos, sino también éticos, sociales y científicos, los cuales no justificarían nunca esa actividad.
En el contexto internacional se han ensayado numerosos programas de desarrollo al amparo de la protección de espacios naturales, que se han erigido en alternativas viables y compatibles con la conservación del entorno. Costa Rica o Bostwana, son países que han apostado por el ecoturismo como una de sus principales fuentes de ingresos renunciando a la caza. Y la cuestión es ¿qué ha hecho la administración regional al respecto? La falta de un modelo de estas características es uno de los principales males que acusan los espacios naturales de la Rioja, y sirve de ejemplo negativo sobre la falta de iniciativas y el fracaso nuestro gobierno en materias que no involucren el fomento de la caza.
En Logroño, 7 de mayo de 2022.



En 2019 estaba previsto llevar a cabo un nuevo estudio sobre la situación de esta especie en La Rioja, ya que el último se llevó a cabo en 2011. En dicho trabajo las conclusiones a grandes rasgos fueron:
amigos
Este territorio alberga más de 50 especies protegidas nacional y regionalmente, incluidas en Convenios (Convenio de Berna) y Directivas internacionales (Directiva Aves y la Directiva Hábitats). Ello obliga a las administraciones públicas a tomar medidas de conservación especiales en sus hábitats, con el fin de asegurar su supervivencia y reproducción. Debemos destacar en ese sentido la presencia de especies de aves esteparias catalogadas nacionalmente por su grado de amenaza en el Real Decreto 139/2011 (LESRPE y Catálogo Español de Especies Amenazadas) a nivel nacional, y regionalmente también, como la ganga ortega (Pterocles orientalis), ganga ibérica (Pterocles alchata), sisón común (Tetrax tetrax), cernícalo primilla (Falco naumanni), aguilucho cenizo (Circus pygargus), milano real (Milvus milvus), alcaraván (Burhinus oedicnemus), collalba rubia (Oenanthe hispanica), terrera marismeña (Alaudala rufescens), entre otras. Además, las zonas húmedas puntuales de este espacio incluyen poblaciones de los amenazados escribano palustre (Emberiza schoeniclus) y bigotudo (Panurus biarmicus), entre otros. Estas especies, esteparias y de zonas palustres, desaparecerán si se destruyen sus hábitats, que están particularmente amenazados por la industrialización intensiva energética que se proyecta a través de instalaciones fotovoltaicas y solares.
Cualquier planteamiento sobre controles letales de lobos es algo completamente INADMISIBLE que se sitúa además AL MARGEN DE LA LEGISLACIÓN que protege inequívoca y de forma general al lobo desde septiembre de 2021, y de nuestros postulados como colectivo ecologista. Una especie protegida no puede ser matada intencionadamente por los humanos por intereses sectoriales, por pura definición. Además, la inexistencia de una subpoblación viable de lobo en nuestra región está impidiendo que cumpla con sus funciones ecológicas. Ahí tenemos los efectos como el incremento desproporcionado de ungulados salvajes (ciervos, corzos y jabalíes) con las consecuencias que tiene para la agricultura, ganadería y para el conjunto de la sociedad (accidentes de tráfico, por ejemplo). Estas cuestiones se pueden comprobar en la siguiente nota de prensa del Gobierno de La Rioja emitida en su día: 
El pasado agosto denunciamos ante el Seprona y a la Confederación Hidrográfica del Ebro el vertido de aguas residuales desde el polideportivo de usos múltiples de Nájera al río Najerilla. Este vertido se está realizando sin ningún tipo de depuración previa y corresponde al casco antiguo de esta localidad.


Dado que las administraciones públicas implicadas conocen perfectamente esta situación, sobre todo el Ayuntamiento de Huércanos que ha hecho una completa dejación de funciones con este espacio natural, hemos decidido poner en conocimiento estos hechos ante la Fiscalía. La situación de esta pequeña laguna nos parece completamente intolerable.






