Solicitamos al Gobierno de la Rioja que los territorios de valor ambiental sean declarados incompatibles con la presencia de industrias de producción de energía, como ha hecho con los suelos agrícolas.

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El Gobierno de La Rioja ha considerado recientemente la modificación de la “Directriz de Protección de Suelo No Urbanizable” con el objeto de ampliar los espacios agrarios de interés (viñedos y suelos de alto valor agrario) en los que las instalaciones industriales de producción de energía quedarán prohibidas. La agricultura es una actividad humana más, como tantas otras, de carácter lucrativo y privado, que no puede supeditar nunca las decisiones de protección ambiental, porque el medio ambiente es de interés general. Sin un medio ambiente saludable y natural (cosa que un viñedo no lo es), ni la cultura, ni el turismo, ni el patrimonio ni la vida humana de nuestra región se podría desarrollar. Además, es un derecho constitucional.

La destrucción del hábitat de las aves esteparias primero con la agricultura intensiva y luego con proyectos de renovables está provocando su extinción, como en el caso del Sisón común.

Como sociedad civil riojana preocupada por las decisiones del Gobierno Autonómico, alertamos sobre el cinismo de este Gobierno, porque los suelos de elevado valor ambiental no han sido protegidos igualmente, de forma que en todo tipo de superficie protegida ambientalmente queden igualmente prohibidas las industrias de producción de energía.

No nos sorprende la demagogia de este Gobierno que funciona supeditado a los intereses del sector primario, porque precisamente estas industrias, que no se podrán instalar en zonas agrícolas, ahora se instalarán si o si en espacios de valor ambiental, como los de la pseudo-red de protección ambiental europea llamada Red Natura 2000. En ellos no se excluyen las actividades humanas como tales per se, y siempre se consideran compatible su explotación sectorial primaria por definición, y para más inri, una vez autorizadas las industrias energéticas se establecen irrisorias y vergonzantes medidas compensatorias, que no palian el daño ambiental producido y con consecuencias a largo plazo, dado que no son reversibles y no conocemos ningún ejemplo de que ello se haya producido en la Rioja.

Lamentablemente, en La Rioja no tenemos un Gobierno donde la voz dominante sea la ambiental, que preconice que el modelo de región que queremos es irrenunciablemente una región ambiental donde las actividades agroganaderas e industriales respeten el medio ambiente y estén supeditados al interés general.

En Logroño, 8 de julio de 2022